GEOLOGÍA Y MINERÍA EN LOS SIGLOS XIX Y XX: PAISAJES, HISTORIA Y PATRIMONIO
Cuevas del Almanzora (Almería), 29 de septiembre a 2 de octubre de 2022
PRESENTACIÓN
La provincia de Almería, en toda su extensión, atesora una enorme riqueza geológica y minera. De una historia geológica convulsa y de la severidad implacable de episodios climatológicos extremos y constantes surge una disposición orográfica caracterizada por la elevación, desde el sur al norte provincial, de abruptas cadenas montañosas que sobrepasan los dos mil metros de altitud. Entre ellas discurren ríos de escasa longitud (apenas 100 kilómetros) y acusado desnivel que, alimentados por un régimen pluviométrico de marcada torrencialidad, han labrado profundos valles orientados de oeste a este. En la fachada provincial que se asoma al Mediterráneo, desde el límite con la provincia de Murcia hasta el Cabo de Gata, emergieron modestas sierras ahora litorales, archipiélagos de un mar ancestral, que en su mayoría quedan muy por debajo de los mil metros de altitud. Un paisaje marcado por la aridez impacta en quien nos visita, aunque en el territorio almeriense, debido precisamente a su diversidad orográfica y, en consecuencia, climática, sorprenden de igual modo los entornos tan distintos que se suceden cuando la recorremos. Pero además de su intrínseco valor paisajístico, Almería encierra en sus entrañas una enorme riqueza mineral que la convirtió desde la prehistoria hasta época contemporánea en codiciado objeto de explotación
Cuevas del Almanzora reúne las peculiaridades antes descritas y las concentra en su término municipal. Dentro de sus límites, entre el 2200 y el 1500 a. C., se desarrolló la denominada Cultura del Argar, una civilización que ocupó todo el sudeste peninsular, con dos asentamientos principales en nuestro solar: Fuente Álamo y El Oficio. Los argáricos realizaron primitivas prospecciones mineras en las sierras aledañas y practicaron una incipiente metalurgia como evidencia el hallazgo de hornos, crisoles y moldes para fabricar hachas, cuchillos, punzones, alabardas, brazaletes… Ya en época histórica, en el siglo VII a. C., los fenicios desembarcan en el litoral cuévano y fundan la ciudad de Baria, conquistada más tarde por Roma en el siglo II a. C. Tanto esos primeros colonizadores como sus conquistadores protagonizaron la sistemática explotación de los yacimientos férricos y argentíferos de Sierra Almagrera y Herrerías.
Sin embargo, el momento álgido de la extracción de recursos minerales de los enclaves mencionados no ocurrirá hasta época contemporánea, a partir del portentoso descubrimiento del filón de galena argentífera en el barranco Jaroso de Almagrera en 1838. Procesos especulativos y extractivos confluyeron y desembocaron en una apoteosis productiva para la que no resulta fácil encontrar precedentes en la historia de la minería nacional. Aquel colosal arrebato, de sustanciosa repercusión económica, propició el surgimiento en la comarca de una nueva sociedad que trajo consigo mutaciones en comportamientos y actitudes. Por otra parte, si de la ancestral actividad de argáricos, fenicios y romanos apenas se cuentan vestigios, esta etapa contemporánea nos ha cedido un riquísimo legado patrimonial de naturaleza y conservación muy diversa, pero sumamente interesante para reconstruir integralmente los procesos de laboreo y beneficio, transporte y embarque de mineral, que aquí acontecieron entre la aludida fecha de los hallazgos y el cese de la actividad poco antes de la Guerra Civil. Algunos de ellos, como nuestra máquina de vapor de extracción del barranco Chaparral (BIC), se sitúan en el ámbito de la singularidad, de la excepcionalidad, por su antigüedad y por su exclusiva conservación donde funcionó. Y, por si fuera poco, como consecuencia de estos procesos, ostenta Cuevas y su comarca un rico e interesante patrimonio edilicio y artístico, manifestación material del esplendor burgués que la opulencia trajo aparejado.
No menos trascendente es la aportación de nuestra localidad a la historia de la geología nacional. Aquí se constituyó en 1878, fruto de las inquietudes culturales y científicas de la burguesía minera, el pionero Círculo Geológico Cuevense, presidido por el eminente paleontólogo Juan Vilanova Piera e integrado, entre otros, por los ingenieros Clemente Roswag y los hermanos Siret, precursores estos últimos de la arqueología nacional. Los hallazgos de fósiles de grandes proporciones, pertenecientes a la megafauna marina que pobló el mar poco profundo que inundaba nuestro territorio hace dos millones y medio de años, fue el revulsivo de esta apasionante iniciativa que puso al descubierto una riqueza paleontológica que aún hoy no deja de sorprendernos con nuevos y espectaculares descubrimientos.
Pero con la celebración de este congreso se quiere ir más allá de los valores que nuestros límites locales encierran. En los municipios colindantes, dentro de nuestra comarca levantina, destacan joyas patrimoniales como la mina “Quien tal pensara” y su geoda de cristales de yeso (Pulpí); el distrito minero de Bédar, con abundantes restos de la actividad minera y metalúrgica a caballo entre los siglos XIX y XX; los vestigios de fábricas de fundición que se asentaron en Garrucha y Vera; o los karst en yesos de Sorbas y las minas de lapis specularis localizadas en este municipio. Y en la vecina comarca del valle medio y alto del Almanzora, Arboleas ofrece para nuestros intereses su mina romana de lapis specularis del Espejuelo; más arriba, en Macael, se abren sus históricas y extensas canteras; y, casi culminando la cuenca, en la Sierra de los Filabres, restos esparcidos por doquier nos hablan de un pasado minero nada remoto, cuando de las explotaciones esparcidas por Tíjola y Serón se extraían ingentes cantidades de hierro que se embarcaba en el cargadero del Hornillo situado en la murciana Águilas.
Esta nueva convocatoria, auspiciada y organizada por la SEDPGYM, quiere congregar en la sede de Cuevas del Almanzora, además de a sus socios, a todos aquellos interesados y preocupados por el estudio, recuperación, puesta en valor y difusión de nuestro patrimonio geológico y minero. Consciente de la importancia de este conjunto patrimonial repartido por nuestro entorno, el Ayuntamiento de la localidad quiere contribuir a la consecución de los objetivos expuestos a través del compromiso derivado del patrocinio de este evento. La institución municipal tiene la certeza de que del conocimiento, de una gestión integral sobre su conservación, depende una parte de nuestro futuro desarrollo económico, mucho más en estos tiempos en los que, por fortuna, se ha despertado una especial sensibilidad social hacia el patrimonio cultural en su concepto más amplio.
Esta cita congresual pretende constituirse en un dinámico foro de debate propicio para que sus participantes intercambien conocimientos y experiencias. Sin sacrificar rigor, quiere desembarazarse de los corsés que en ocasiones imponen los congresos académicos, penetrando en la sociedad y haciéndola partícipe de las finalidades que un encuentro de estas características debe perseguir: conocer, conservar, poner en valor y difundir nuestro patrimonio geológico y minero como recursos de progreso económico, social y cultural.